sábado, 31 de julio de 2010

Querido cuñado Raúl:

Escribo en este blog por si en algún lugar del universo mi cuñado Raúl me pueda leer.

Raúl:

No recuerdo peor momento en mi vida que cuando el médico que llevaba tu caso me dijo que tenías dos escasos meses de vida. Creía desmayarme, creía no poder soportar el dolor. Ese día mi madre y yo fuimos a hablar con el médico pero sin esperar algo tan horrible y trágico.

Lloré, rabié, grité, el doctor me instó a calmarme debido a mi avanzado estado de gestación y me pidió que me resignara. Pero yo no podía ni quería resignarme. ¿Resignarme a perderte? ¿ A perder al gran y único amor de mi hermana? ¿A perder al padre de mi sobrinito Álvaro? ¿ A mi cuñado y casi hermano? Jamás lo hice y a veces echo la vista atrás y me pregunto si habrá algún hospital que me haya dejado, algún hospital que te hubiese podido curar y no lo hubiese yo intentado.

Raúl, hubiese dado cualquier cosa para que no te fueras, por que algún hospital hubiese acabado con tu enfermedad dajandote al menos estable, pero día tras día recibía amargas y crueles contestaciones de que nada se podía hacer.Y necesito decirte esto porque a la cara jamás me atrevía a decírtelo, cuando me preguntabas: Que,Marian, se puede hacer algo? Y yo te decía: Claro que sí, Raúl,no vamos a dejar de mover ni un solo hilo.Pero yo sabía todas las respuestas de tantos y tantos hospitales.. En Alemania me decían que la enfermedad estaba muy avanzada, en Estados Unidos que lo estudiarian reviando tus informes médicos hasta que me dijeron que humanamente no iban a hacer desplazarte para no poderte ayudar y en el resto de hospitales de España, misma y odiada respuesta. Pero uno solo, un solo hospital nos acabó dando pequeñas pero ansiadas esperanzas. La Paz de Madrid nos dio la oportunidad de poder llegar a transplantarle aunque con escasas posibilidades de recuperación. Pero me cogí fuertemente a esta ultima esperanza. Me agarré como una loca a esta ultima oportunidad que te brindaba la vida. Recé, supliqué a todos los santos( a sabiendas que eras reacio a todo ello) para que esta vez salieras adelante y vencieras a la maldita leucemia. Raúl, de todo corazón, te juro que nunca necesité oir tus gracias, nunca , porque lo hacía porque te quería, porque quería que vivieras y aún así recuerdo aquella mañana que yo estaba en la Fe intentando cambiarte de hospital porque me negaba a creer lo que los medicos me habían dicho sobre tu enfermedad y recuerdo como me mirabas y me decías: Siempre te estaré agradecido por todo lo que haces por mí. Yo me volví para que no me vieras llorar pero no necesitaba tus gracias porque me salia del corazón, de lo mas dentro de mí, el ayudarte y que te salvaras. Y tú te preocupabas por mi embarazo y me decías: Tranquila que vas a acabar abortando. Y yo te decia: Raúl ahora todo me da igual, tengo una unica y gran preocupacion.

Que me perdone mi hijo Christian si le descuidé, si grité y pegué puñetazos de rabia pero para mí esto era algo tan horrible que no pensaba en él. Ahora, Christian podría conocer a su tío de verdad y no le conoce. Y eso me entristece más cada día.

Raúl, yo sí te doy a ti hoy las gracias por haber sido mi cuñado y mi gran amigo. Por haberte preocupado por mí siempre, por aguantar mis pesadeces sobre todo en malos momentos de mi vida. Por responderme a los mensajes de movil cuando te decía que había terminado con alguna historia del pasado. Por jamás tener un mal gesto hacia mí.

Gracias por enseñarme tantas y tantas lecciones de humildad y educación. Y hasta tu última hora ser la misma gran y buena persona que siempre has sido. Y te admiro por la entereza con la que luchaste, las fuerzas que sacabas para recuperarte y el ánimo y la esperanza que depositaste en curarte. Pero la vida juega malas pasadas y te tuviste que ir. Paco y yo ibamos en el tren hacia Madrid el dia que te fuiste para siempre con nuestro hijo recién sacado del hospital para acudir a tu encuentro, para verte y si llegaba el momento despedirnos ( por supuesto sin que jamas te dieras cuenta) porque yo jamás me atreví a decirte como estabas porque te lo hubiese ocultado hasta el final con tal de no hacerte daño. Nos hubiesemos despedido mentalmente. Pero aun asi no nos dio tiempo. No pudimos llegar y a mitad de camino a Madrid mi madre nos dijo lo que jamás queriamos oir. Destrozados y hundidos tuvimos que regresarnos a casa sin haberte podido dar un abrazo o un beso o simplemente, volver a verte.

Raúl, como te digo cada noche al acostarme, algo my importante tenias que hacer arriba para que hayas dejado lo que mas querias aquí. Y en algun lugar increiblemente bonito tienes que estar para haberte ido tan pronto. Desde donde estés cuida a mi hermana que siempre te ha amado con locura y cuidame también a ese angelito rubio de ojos azules como los tuyos y protegelos. Yo seguiré contandote todo y hablando contigo cada noche.

Para mi eras como el hermano mayor que nunca tuve y me quedo con los momentos felices que hemos compartido. Con esas vacaciones en Mallorca, en el barquito viendo las playas o ese primer viaje tuyo en avión a la isla.

Desde este blog tambien dar las gracias a tus hermanos, especialmente a Raquel por haber contado conmigo el día de tu ultimo adiós como si de una hermana tuya se tratase cuando el de la funeraria hio reunirse a los hermanos para poder estar más cerca de tí antes de que no estuvieses allí más fisicamente. Porque aunque fisicamente no estés tu aura, tu alma si que está entre nosotros y algún dia nos reuniremos todos juntos de esa otra manera tan especial, simplemente auras , fuezas y el alma. Esperanos Raúl y mientras tanto cuidanos y ayudanos.

NUNCA TE OLVIDARÉ.

Y ojalá te lo hubiese dicho antes:

TE QUIERO CUÑADO.

Hola a todos.

Como bien dije, lo prometido es deuda, he creado un blog sobre mi Raul para que todos aquellos que quieran y si el tiempo se lo permite puedan escribir sus pensamientos, emociones o lo que le apetezca a cada uno. Sobretodo va dirigido a familiares y amigos que le querian y conocieron de su fuerza y cojaje para vencer una puta enfermedad que al final logró vencer a su cuerpo, pero jamas logró vencer a su mente ni a este amor que hasta dia de hoy siento por el. Mas que amor admiración por ver como cada dia se agarraba a la vida con uñas y dientes. Pero maldito cáncer ganaste la batalla!!! La guerra jamás.
Como mejor forma de empezar este blog que recordándole tal y como era el, alegre, feliz, optimista y sobretodo buen marido y mejor padre (el poco tiempo que pudo).
Aqui le teneis, con su mejor sonrisa, te quiero Raúl.