domingo, 16 de septiembre de 2012

Hace mucho, como un año y algo que no escribía por aquí. Y hoy, hace dos años que Raúl no está, por cierto que mal llevados... Dos años sin verte y sin disfrutar de tu manera de ser. 
Yo te echo muchísimo de menos y no hay día que no te recuerde. Recuerdo con emoción el día de mi boda ( de eso hoy hace tres años), lo bien que te portaste conmigo, como me llevaste en el coche de boda, como me ayudaste a limpiarme los zapatos de novia de arena tras haberme realizado la sesión de fotos, como nos traías Coca-Cola para refrescarnos en ese caluroso día en la Ciudad de Las Ciencias durante el reportaje de boda, como esperaste pacientemente a que me fumara un cigarro antes de entrar al altar, qué bueno has sido siempre...
 No consigo ver el álbum de fotos de mi boda sin llevarme un buen disgusto porque te quisiera tener aquí con todos nosotros y me hace sentir tanta rabia y dolor al mismo tiempo...
 Para mí las cosas ya no son lo mismo y como ya he dicho por este blog muchas veces, mi felicidad nunca será felicidad completa, por ese enorme vacío que dejaste en mí y que sin duda alguna, ha sido lo peor que me ha pasado en la vida.
 Nuestra relación era muy buena (aunque ¿con quién te llevabas mal tú?) era de necios llevarse mal contigo porque tenías el mejor de los sentimientos.
 No me extraña que mi hermana te eche tanto y tanto de menos, porque eres especial, cuñado.
 Cuando tu hijo sea más mayor todos le diremos lo mucho que le querías y lo buen padre que eres y eras y que estarás en el cielo para guiarle y que de noche, mire al cielo y desde ahí estará la réplica de sus ojos azul mar que es su padre Raúl.
 Tu hijo es tu misma imagen e incluso sus gestos son tuyos. Dale mucha fuerza desde ahí arriba y cuidale y a mi hermana y tu esposa también porque te necesitan.
 Todos te necesitamos, pero ellos más que nadie. 
Y pongo esta foto porque tú, Raúl, en mi boda fuiste la persona que mejor se portó conmigo y más atento estuvo, haciéndome el vídeo sin sentarte a descansar, haciéndome fotos y cuidándome. A veces siento que debías haber sido tú mi padrino. Esta foto refleja nuestra bonita relación, siempre la tendré conmigo pero me hace mucho sufrir verla. He de terminar, esta foto me impide seguir escribiendo con normalidad.
Cuñado y hermano, seguiremos desahogandonos en tu blog. Esperanos en ese mismo lugar donde te encuentras y cuando lleguemos recíbenos con el más fuerte de los abrazos. Te quiero y te echo mucho de menos. Hasta pronto Raúl.

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